Nuestra Historia
Tres generaciones han mimado las cubas de vino de la Bodega Gabriel López de Sabiñánigo, un establecimiento que
ha conservado el nombre de su fundador. El negocio lo comenzó hace 99 años Gabriel López, que dejó su pueblo
natal, Cortillas, para buscar un medio de vida en la localidad que nacía bajo la influecia del ferrocarril.
En aquellos tiempos el "vinatero", como le llamaban, recorría los pueblos. Su hijo Gabriel continuó con la tienda, y hoy
lo hace su nieto Alfonso. En el pasaje por el que se entra al establecimiento dejaban antaño algunos clientes los
machos con los que viajaban y cargaban. Un lugar que ha visto pasar la historia de la capital serrablesa.